Durante los primeros ocho meses de 2025, Ecuador mostró un cambio estructural en su comercio exterior: las exportaciones sumaron 24,406 millones de dólares, con un crecimiento del 7,7 %. Gran parte de ese avance viene del sector acuícola, en especial del camarón, mientras que el petróleo se ha vuelto un lastre.
El camarón reportó ventas por 5,557 millones de dólares, un aumento del 18,6 % frente al año anterior, y por primera vez logró superar al petróleo como primer producto de exportación. En el mismo período, el petróleo alcanzó 5,257 millones de dólares, lo que representa una caída interanual marcada.
El desempeño del camarón se refuerza con cifras específicas de la industria: en la primera mitad de 2025 Ecuador exportó poco más de 719,000 toneladas métricas de camarón, un alza de aproximadamente 17% frente a 2024, generando alrededor de 3,79 mil millones de dólares solo en ese periodo. Además, en mayo de 2025 se registró un récord mensual de 131-151 mil toneladas y ventas cercanas a los 660-785 millones de dólares, impulsado por un aumento de las exportaciones a mercados como la Unión Europea y los Estados Unidos.
Por su parte, la industria petrolera enfrenta una situación crítica: la producción de crudo en Ecuador para septiembre de 2025 promediaba cerca de 468,000 barriles diarios, una cifra que está entre las más bajas en más de una década para el país. Las causas incluyen menor extracción, cierre de pozos y fallas en infraestructura logística.
Este desplazamiento tiene implicaciones importantes en logística y comercio exterior: al depender cada vez menos del petróleo, Ecuador reduce su vulnerabilidad frente a la volatilidad del mercado global de hidrocarburos, lo que abre espacio a cadenas de valor más estables, como la acuícola. Sin embargo, también exige ajustes operativos: el camarón, a diferencia del petróleo, demanda temperaturas controladas, envíos rápidos, empaques especializados y cadenas de frío eficientes. Las empresas logísticas deben prepararse para esta nueva realidad, adaptando sus infraestructuras portuarias, optimizando procesos de exportación y anticipando flujos de contenedores congelados o refrigerados.
Para capitalizar esta tendencia, las recomendaciones son claras: enfocarse en consolidar relaciones con productores de camarón de escala internacional, asegurar rutas de exportación ágiles hacia EE.UU. y Europa, fortalecer la trazabilidad y cumplimiento de estándares sanitarios, y reforzar la logística inversa para evitar pérdidas en cadena. Al mismo tiempo, la diversificación hacia otros productos aún puede esperar como segundo paso; el primer paso es asegurar que esta nueva cabeza de la canasta exportadora funcione sin fisuras.
En resumen, que el camarón haya superado al petróleo no es un dato menor: es un signo de que Ecuador está girando hacia una economía de exportación más sostenible, más especializada y menos dependiente de los vaivenes del crudo. Para los actores logísticos, para los operadores de transporte y para los exportadores, el mensaje es urgente: hay que adaptarse, adecuar la cadena al nuevo líder del comercio exterior ecuatoriano y asegurar que la infraestructura, desde los muelles hasta el contenedor, esté lista para acompañar esta transformación.
El camarón supera al petróleo y redefine la canasta exportadora del Ecuador