Entre enero y septiembre de 2025, Ecuador importó aproximadamente 71.695 vehículos, por un valor total de 1.241 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 13,6 % en unidades y del 19,3 % en valor frente al mismo periodo del año anterior. Según los datos más recientes, China concentra ya el 58,3 % del total de unidades importadas, equivalente a unas 41.799 unidades, y en septiembre esa participación escaló hasta 60,5 %, lo que confirma un cambio de liderazgo en el origen de las importaciones automotrices.
Esta expansión china en Ecuador se explica por la combinación de precios competitivos, una mayor oferta de modelos SUV y pickups, y la presencia creciente de marcas chinas de nueva generación. En el segmento de vehículos comerciales (camiones, buses y vans) el 73 % del volumen importado provino de China; en SUV las marcas chinas ya representan alrededor del 47,6 % de las unidades; en pickups, hasta el 71,7 %.
El dinamismo de las marcas asiáticas en Ecuador no se limita a China. Por ejemplo, Corea del Sur duplicó su participación en el mercado con un alza de 112,8 % en sus envíos, e India creció más de 110 %, impulsada por compactos y modelos de bajo consumo. Pero la tendencia general es clara: Europa, Japón y Latinoamérica están perdiendo cuota ante la expansión asiática.
Este giro estructural tiene implicaciones directas para el sector logístico, comercial y de servicio automotriz en Ecuador. Un mercado dominado por vehículos importados desde China demanda una cadena de suministro eficaz, repuestos y soporte técnico adecuados, además de adaptarse a estándares de calidad, emisiones y seguridad que las marcas chinas están elevando. Por otro lado, la política arancelaria beneficia los ingresos fiscales, hasta septiembre ya se habían recaudado unos 165 millones de dólares, un alza del 7,4 % interanual, pero al mismo tiempo plantea el reto de homologar normas más exigentes para mantener la confianza del consumidor y la competitividad del sector.
A mediano plazo, este liderazgo chino abre oportunidades para Ecuador: alianzas con fabricantes asiáticos pueden llevar a ensamblaje local, transferencia tecnológica, o avances en movilidad eléctrica. Marcas como BYD y Chery ya muestran señales de expansión en el país. Para que este crecimiento sea sostenible, el país deberá equilibrar la apertura comercial con el fortalecimiento industrial local, de modo que no dependa exclusivamente de la importación, sino que la ola de crecimiento se convierta en una oportunidad productiva para el sector automotor ecuatoriano.
En resumen, el dominio chino en el mercado automotor ecuatoriano no es un fenómeno pasajero, sino un cambio de paradigma. Para las empresas del sector logístico y los operadores automotrices, el mensaje es claro: adaptarse a un entorno donde el origen, la cadena de importación, el servicio postventa y la tecnología de los vehículos importados están cambiando de forma acelerada. Estar preparado, entender los nuevos flujos, anticipar las condiciones de mercado y ajustar la logística será clave para mantener la competitividad en esta nueva etapa del comercio automotriz en Ecuador.