La guerra comercial entre Estados Unidos y China no es un tema lejano para el comercio ecuatoriano. Muy por el contrario, ya comienza a sentirse en varios sectores. Para entender mejor este escenario, conversamos con representantes de navieras clave como MAERSK, CMA, COSCO y WAN HAI LINES, quienes nos compartieron su visión desde el terreno. 

Aunque sus posturas coinciden en que el impacto directo aún no se ha materializado del todo, cada una ofrece lecturas y advertencias relevantes que los importadores y exportadores no pueden ignorar.

Maersk aporta una perspectiva estratégica. Maersk enfatiza que el conflicto comercial podría abrir nuevas oportunidades para los exportadores latinoamericanos, especialmente en sectores donde Estados Unidos busca sustituir importaciones chinas.

“Ya estamos viendo una mayor apertura de compradores estadounidenses hacia productos latinoamericanos, en rubros como camarón, flores y maderas procesadas. Esto es una ventana que se debe aprovechar, pero con planificación: si la demanda sube rápido, el espacio se convierte en cuello de botella.”

La naviera no ha modificado sus servicios principales hacia la costa este de Estados Unidos, pero advierte que en la segunda mitad del año podría haber picos de ocupación más abruptos si se consolidan cambios en las cadenas de suministro norteamericanas.

Recomiendan a los exportadores:

  • No depender de un solo proveedor de servicios.
  • Reservar espacios con anticipación, especialmente si operan con cargas reefer o sensibles.
  • Monitorear acuerdos bilaterales, ya que nuevos tratados podrían redibujar el mapa logístico.

Desde CMA CGM, el mensaje es de cautela activa. El equipo confirma que, por ahora, no se han registrado variaciones importantes en las tarifas ni en la conectividad hacia Estados Unidos, ni desde Asia ni desde Sudamérica. No obstante, subrayan que están en alerta ante señales tempranas de desviación en la demanda, que podrían surgir si las restricciones arancelarias se intensifican.

“Estamos siguiendo de cerca el comportamiento de los flujos desde China hacia Estados Unidos. Porque cualquier restricción o aumento de costos allá puede tener un efecto dominó hacia los hubs regionales. De momento, los servicios se mantienen estables, pero es clave monitorear cómo reaccionan los grandes importadores norteamericanos y qué decisiones toman sobre el origen de sus mercancías.”

Además, CMA CGM advierte que, si el conflicto escala, podrían verse afectadas ciertas rutas feeder que conectan puertos secundarios con los principales centros de transbordo, especialmente en Asia. Esto haría que los tiempos de tránsito se vuelvan menos predecibles.

Desde COSCO, el mayor operador chino de transporte marítimo, el mensaje también es de vigilancia, pero con matices propios. “Hoy por hoy, los servicios desde Asia a América Latina operan con normalidad, sin mayores cambios en tarifas ni en frecuencia”, afirman.

COSCO nos comentó:

“La guerra comercial no nos ha afectado de forma directa, pero estamos viendo decisiones más conservadoras de los importadores. Esto ha reducido ciertos volúmenes spot, y podría generar cambios de itinerario si los hubs se congestionan.”

Agregó también, que un paso clave para no desesperarse en este tipo de situaciones es la gran capacidad de planeamiento por parte de la gente de China y su paciencia oriental que los caracteriza y potencia para la aplicación de sus programaciones, trabajando muy de la mano a sus planes a largo plazo y reorganizándose con cada cambio que podría llegar a afectar sus proyectos. 

Desde Wan Hai Lines, la lectura del mercado se enfoca en las decisiones de los importadores, que están actuando con mayor cautela y postergando nuevos pedidos. Esto no se debe únicamente al conflicto entre Estados Unidos y China, sino también a la situación económica y política local.

“Muchos clientes nos dicen que prefieren esperar a tener un poco más de claridad antes de volver a importar con fuerza. El cambio de gobierno en Ecuador ha influido, pero también la sensación de que el entorno global no es favorable para grandes movimientos.”

Aun así, la naviera destaca que la importación ecuatoriana creció 17 % entre febrero y marzo del presente año, especialmente en sectores clave como el camaronero, que también está ganando tracción como proveedor de Estados Unidos ante la caída de importaciones chinas.

Wan Hai recomienda a sus clientes no asumir que la disponibilidad de espacio será la misma en el segundo semestre:

  • “Los espacios no estarán garantizados para quienes reserven tarde.”
  • “Es clave construir historial con las líneas desde ya, para tener prioridad cuando venga la temporada fuerte.”

Aunque los servicios se mantienen estables, la lectura de las navieras sugiere que estamos en un momento bisagra. El conflicto aún no ha golpeado de lleno, pero las fichas se están moviendo, y quienes se anticipen podrán sacar ventaja.

Tanto importadores como exportadores deben:

  • Monitorear la evolución del conflicto y las reacciones de Estados Unidos.
  • Diversificar orígenes y destinos en sus cadenas de suministro.
  • Asegurar espacios logísticos con tiempo.
  • Fortalecer la relación con sus líneas navieras.

En resumen, el conflicto entre USA y China no tiene un único impacto drástico en nuestra región. Más que preocuparse, la clave es actuar: entender el contexto, anticipar cambios y ajustar la estrategia. El comercio no se detiene, pero sí cambia de forma. Y en esos cambios, también hay oportunidades para quien sabe mirar más allá.

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